19 may 2021

Adiestrar, Educar y/o Modificar el comportamiento (Etología)

¿Sabemos las diferencias?

Es difícil explicar en pocas palabras las diferencias entre ellas porque es un tema muy amplio y con muchos matices, aún así intentaré 



no extenderme demasiado y las mostraré basándome en tres puntos que pueden servir para entenderlas mejor: 

(A) la definición

(B) la formación requerida

(C) la finalidad buscada


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Antes de empezar, es obligado decir que:

*Siempre ante un cambio de comportamiento repentino de nuestro animal (o de una conducta molesta), lo primero que deberíamos hacer es acudir a un veterinario para descartar un problema médico.

*Todo lo explicado en relación con los perros es aplicable a los gatos en lo referente a cambios de conducta o conductas molestas.

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(A) DEFINICIÓN

1-Adiestrador


Profesional que se dedica a enseñar ejercicios de obediencia o habilidades extras a un animal, ya sean acciones simples o ejercicios complejos que conllevan la modificación de conducta
El proceso de adiestrar implica el uso de técnicas de aprendizaje, normalmente el tipo asociativo, donde el animal aprende a relacionar su comportamiento con la consecuencia del mismo (estímulo/respuesta).

 2-Educador


Profesional que se dedica a enseñar "normas" de comportamiento al animal que conllevan la modificación de conducta
El proceso de educar implica el uso de técnicas de aprendizaje, normalmente el tipo asociativo, donde el animal aprende a relacionar su comportamiento con la consecuencia del mismo (estímulo/respuesta).

 3-Etólogo o especialista en Comportamiento


Científico que estudia y conoce el comportamiento animal desde el punto de vista de la Biología y la Psicología animal. 
Al tener el conocimiento del comportamiento “normal” (conductas propias de la especie) el profesional observa y detecta los comportamientos “alterados”. Tras analizar el temperamento y el entorno del animal, determinará cuál es el origen que provoca esa alteración. Recomendará al tutor determinadas pautas (modificación de conducta) para mejorar la situación y eliminar (o evitar) la causa que ocasionaba el comportamiento "molesto".


(B) FORMACION REQUERIDA

1-Adiestrador


No requiere de estudios previos específicos para poder formarse en esta práctica profesional. 
Sí que se requiere de consideración y respeto hacia los animales, así como ciertas habilidades comunicativas para su relación con los tutores, principalmente.

 

2-Educador


No requiere de estudios previos específicos para poder formarse en esta práctica profesional. 
Sí que se requiere de consideración y respeto hacia los animales, así como ciertas habilidades comunicativas para su relación con los tutores, principalmente.

 

3-Etólogo o especialista en Comportamiento


En España la Etología es un postgrado universitario (Máster impartido por Centros Universitarios) que requiere de estudios previos en Biología, Psicología, Veterinaria o Medicina, básicamente - (Etología Aplicada).
Si hablamos de Etología Clínica, ha de ser necesariamente veterinario.



 

(C) FINALIDAD BUSCADA

1-Adiestrar

El objetivo es conseguir que el animal haga una accion o ejercicio (habilidades extras) después de oír la orden o mandato por la persona que lo emite (entrenador o tutor). 

- Para las acciones sencillas, se adiestra al perro en mandatos como por ejemplo: sienta, levanta, tumba, ven, stop, coge, etc. que también son aplicables para impedir conductas molestas (para sus tutotes), como por ejemplo, el tirar de la correa, comer de la mesa, no respetar a otros perros o no atender a la llamada por su nombre, entre otras.

 - Para los ejercicios complejos, se adiestra al perro para que haga, por ejemplo: asistencia a personas con discapacidad, rescates, detección de explosivos, estupefacientes, o para competición canina, defensa, pastoreo, agility, terapias asistidas, entre otras. 

Es importante destacar que no todos los perros 
estan preparados para ser adiestrados

 

2-Educar

El objetivo es enseñarle la correcta relación con su entorno y a expresar sus emociones de forma controlada y equilibrada en diferentes situaciones cotidianas para integrarlo y que conviva en armonía con su familia y la sociedad en general. Se favorece su vínculo y se establece una relación de respeto.

Las acciones más habituales que se suelen enseñar son: no ladrar exageradamente cuando suena el timbre, no destrozar objetos en el juego, no tirar de la correa en el paseo, no ensuciar en casa, entre otras.

Se requiere, por parte del tutor, del conocimiento de las expresiones básicas y comunicación esencial del animal para entenderlo e interactuar correctamente.

Es importante destacar que no todos los perros 
estan preparados para ser educados


3 - Etología aplicada (modificación de conducta):


El objetivo es modificar una conducta que resulta "molesta" para el tutor o familia. En realidad esta conducta que nos molesta esconde una "emoción oculta", es decir, miedos, inseguridad, descontrol, desubicación, insatisfacción, estrés, aburrimiento, que hacen reaccionar así al animal.
Se realiza mediante el aprendizaje y pretende recuperar la armonía y la estabilidad en la convivencia. Siempre se respetan las conductas propias de la especie y se busca mejorar el bienestar del animal.

En primer lugar, 
la especialista en etología, analiza y evalúa al animal y su entorno para determinar si el comportamiento molesto tiene su origen en una causa médica y/o emocional. Por eso es muy importante acudir a un veterinario en estas circusntancias. La etología utiliza diferentes técnicas para reconducir las conductas alteradas y evitar que se sigan manifestando.

En segundo lugar,
una vez identificado el origen que genera el comportamineto, se recomiendan y aplican pautas de modificación de conducta que consigan cambiar la acción, enseñándole y ofreciéndole alternativas diferentes al animal.

En tercer lugar,
la etología trabaja desde la prevención y por lo tanto se toman medidas para evitar que se vuelvan a producir en el futuro nuevos problemas de comportamiento que con mucha probabilidad se podrían mannifestar a corto o largo plazo.


 CONCLUSIONES

  • A simple vista las tres prácticas profesionales se parecen, pero como has visto cada una responde a necesidades diferentes (del animal y del tutor).
  • Cada una de ellas cumple con una finalidad concreta, aunque en algún caso se pueden complementar para mejorar el resultado.
  • La "clave" de un buen resultado está en acudir al profesional que corresponda según la necesidad a solventar. Vendrá condicionado por el animal, su entorno y el objetivo que busquemos.

Para conseguir este último punto, lo primero que tenemos que saber es si nuestro animal es un perro (o gato) “equilibrado” o no.


Un perro es equilibrado si ha estado bien socializado (en su fase infantil - de las 3 a las 12 semanas para los perros y de las 2 a las 9 semanas para los gatos); si no sufre de miedos, inseguridad, estrés, fobias y/o agresividad hacia personas u otros animales. 


Hemos de tener en cuenta que la conducta que expresa un animal depende de muchos factores (entre ellos la genética, el manejo recibido, las experiencias negativas previas, la existencia de maltrato y/o carencias de otro tipo). 


Así, en general, se puede decir que un perro equilibrado presenta un comportamiento estable, controlado y el propio de su especie.


Si nuestro animal es un perro equilibrado estará preparado emocionalmente para recibir el adiestramiento y/o la educación que queramos para él. Es más, puede favorecer su actividad física y mental y formar parte del enriquecimiento cognitivo.

 

Generalmente son precisamente los perros no equilibrados los más propensos a presentar el tipo de conductas “molestas” (emociones ocultas) debido a que no saben gestionarlas o no tienen capacidad para ello. Son los que requieren de un proceso de modificación de conducta pautado por una especialista en etología que solvente las incómodas situaciones de convivencia y se recupere la armonía y el bienestar perdido a raíz del problema.


Por lo tanto, antes de acudir a un adiestrador y/o un educador, nos deberíamos asegurar de que nuestro perro está emocionalmente preparado para ello (ausencia de: agresividad, miedos, desobediencia, falta de control,...).  En estos casos, adiestrar y educar “añaden” (al estado emocional inestable y de falta de control de nuestro perro) el esfuerzo del aprendizaje

En estas circunstancias el animal no lo puede asumir y, por lo tanto, no sólo no solucionaremos el problema inicial, si no que a la larga, probablemente empeorará, se cronificará y generará más estrés, ansiedad y hasta problemas de salud en nuestro animal. El perro no está en condiciones psicológicas idóneas para recibir mandatos de obediencia o educación, primero debería poner en orden su estado emocional.


Así pues, 
en muchas ocasiones, el error radica en querer corregir un problema de conducta (no detectado a priori) con el procedimiento equivocado (o profesional equivocado).

Por ejemplo:

“el perro no pasea como es de esperar”: 
        • tira fuerte de la correa
        • ladra constantemente
        • ataca a otros perros
        • etc.


La pregunta que nos debemos plantear es si es debido a una falta de aprendizaje (educación) o es la consecuencia de una situación de desequilibrio emocional (miedos, ansiedad, frustración) expresada por el animal de esa forma. Porque esto determinará a qué profesional hemos de acudir.


Finalmente, a tener en cuenta dos recomendaciones:

  • Evitar acudir a profesionales que basan su trabajo en las técnicas de castigo positivo  (reprimiendo y amenazando la expresión de la conducta no deseada) ya que en animales son una forma de maltrato porque atentan contra la libertad y el bienestar físico y mental. Son técnicas obsoletas y contraproducentes para el animal.



  • Evitar acudir a los “falsos profesionales que no acreditan su formación en ninguna de las tres prácticas descritas y que se autodenominan “terapeutas”, “conductistas” o de otras formas.  Sería el denominado intrusismo profesional (en este enlace el Dr. T. Camps publica un interesante artículo) que lamentablemente está muy extendido en este sector. Suelen utilizar métodos que no han sido comprobados científicamente con estudios contrastados y los resultados suelen ser dudosos o a la suerte del individuo. Todo esto acaba derivando, por un lado en un empeoramiento del animal y por otro lado, en la repercusión económica de los tutores y su desánimo y decepción sufridas por no resolver la situación.

  • Pide información a tu veterinario de confianza antes que guiarte por referencias con poca credibilidad.
  • Ten en cuenta que el mayor perjudicado es el animal que acaba abandonado o eutanasiado. 
  • Está en juego la salud física y emocional de nuestro animal y la calidad del vínculo afectivo con él. 


Si quieres más información sobre el tipo de profesional más adecuado para corregir una conducta molesta de tu gato puedes consultarme sin ningún compromiso. Estaré encantada de poder indicarte cuál es la aternativa más adecuada a tu caso en particular.  Puedes consultar en el apartado de los servicios que presto o llámame.










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