Desde el minuto uno (en cuanto
acabé en diciembre de 2020 el máster de etología en la UAB) tuve claro a lo que
quería dedicarme en adelante.
Mi objetivo principal era y es ayudar
a familias con gatos en casa a mejorar su vida juntos. Asesorar, enseñar,
pautar, orientar en todas aquellas acciones
del día a día que implican entender
y relacionarse mejor con nuestros gatos, con los que compartimos nuestra vida. Descubrir
más aspectos y disfrutar del fascinante mundo de los gatos.
Los tenemos tan cerca que no
caemos en la cuenta de que en muchas ocasiones no entendemos lo que hacen, lo
que dicen, lo que quieren, o lo que no necesitan. Por eso es tan importante
acudir a una profesional de la conducta cuando no funciona lo que haces. Ella
te podrá explicar qué hace un gato (de forma natural, como especie), por qué lo
hace, cómo lo hace y sobre todo y muy importante para qué lo hace. Al
fin y al cabo eso es la Ciencia de la Etología: interpretar la comunicación en
gestos y oral (las expresiones habituales y naturales de especie) de un animal,
en este caso, el gato. Porque, está claro, que si “entiendes un idioma”, el
diálogo es más fluido y la conversación adquiere un sentido. Si lo hacemos entre
personas, ¿por qué no con nuestro animal? Consíguelo.
A lo largo de estos tres años de “viaje”
he conocido numerosos gatos, familias, lugares y situaciones distintas. Puedo
afirmar categóricamente que cada caso es distinto y único. Que, aunque
la solución a los problemas de conducta pasa por la aplicación de ciertos protocolos
generales, en la práctica y para obtener los resultados deseados, cada caso requiere
concretar hasta el más pequeño detalle, que lo hace único, irrepetible y
distinto a otro, por muy similar que parezca. Es por esto por lo que, uno de
los valores añadidos de acudir a una profesional, es que los casos se resuelven
de forma personalizada y exclusiva.
Los factores que intervienen en esta
variabilidad son, por un lado, el propio gato (con su personalidad,
carácter, edad, nivel de socialización, experiencias vividas...); la familia
(según el número de miembros que la forman, las edades, el tiempo que dedican a
su animal, la coordinación entre ellos, etc.); el entorno (muy particular y determinante al mismo tiempo, según el tipo de vivienda, la ubicación, el tamaño,
la distribución, etc.); el problema de conducta en sí mismo (es decir,
el motivo por el cual se busca ayuda profesional: agresividad, marcaje, miedos,
falta de adaptación, interacción inadecuada, etc.). Todos y cada uno de estos
elementos hacen que dos historias sean distintas, con pautas y recomendaciones para
su resolución distintas aunque la conducta molesta expresada por el gato
sea la misma. Por eso es importante que sepas (para evitar disgustos en un
futuro), que no es una buena opción elegir la vía rápida y fácil y aplicar
“las recetas milagrosas” que se encuentran en las redes sociales o en manuales disponibles
online, que prometen un remedio cómodo a tu problema. Como información de
inicio pueden situarte, pero para resolver de raíz y con efectividad será
necesaria la intervención de una especialista.
Tu gato es único (con su
personalidad y en su entorno) y necesita una solución única y exclusiva, no te
conformes con menos.
Nunca imaginé que poder realizar
mi sueño y ejercer profesionalmente de mi vocación, además, me daría tanta riqueza
inmaterial. Me explico.
Como decía antes, todo esto es lo
que ha pasado por la asesoría:
(1) Los gatos: empiezo por los grandes
protagonistas. Con su temperamento: atrevido, miedoso, travieso, juguetón, distante,
mimoso, cauto, tranquilo, activo, simpático, aventurero, observador y sobre
todo cada uno de ellos, con su encanto particular.
(2) Las familias: el núcleo de personas con
las que convive nuestro protagonista. Las hay de uno, dos, tres, o más miembros
y de todas las edades (niños, adolescentes adultos y ancianos); algunas con perros u
otros animales (peces, tortugas, periquitos); y otras con sólo gatos (uno o hasta con
seis, he conocido).
(3) El entorno: he visitado tanto en ciudad,
como en pueblo; municipios grandes o muy pequeños; con viviendas de todo tipo y
gustos, diseños y decoraciones; algunas de muy pequeñas y otras, poco
frecuentes, de espectaculares (envidia sana). Y localizadas en varias comarcas
del territorio catalán.
(4) Las tutoras: curiosamente la mayoría de
los tutores de gato que he conocido son mujeres (hay estudios de expertos que
dicen que las mujeres tenemos más feeling con los gatos). Sin quererlo
(ya que no es una información relevante en el trabajo a realizar) he sabido la
profesión de alguna de ellas y me ha sorprendido gratamente, la gran diversidad
de ocupaciones que abarcamos las “tutoras gatunas” (simple curiosidad
sociológica). Aquí te dejo algunas: maestra, abogada, restauradora, psicóloga,
nutricionista, músico, cantante, somelier, traductora, escritora,
educación infantil, médico, esteticien, administrativa, dependienta, estudiante
universitaria, profesora de universidad, ama de casa, cajera, jubilada,
pescatera, empresaria, enfermera, diseñadora, comercial, fotógrafa, asistenta,
química, recepcionista. Creo que no saben cuánto he aprendido de todas y cuánto
se lo agradezco. Me ha sorprendido las distintas maneras en cómo han afrontado el
problema de su gato y cómo han abordado la resolución con las pautas y consejos
que les di. Observas el nivel de implicación, preocupación, el optimismo o
desánimo durante el proceso, las dudas que van surgiendo, la ilusión y la
confianza, los avances y sus ganas de aprender, … y todo gracias a su gato. Y
al final, cuando damos el caso por concluido, te agradecen porque han
descubierto el auténtico compañero que tienen a su lado: “ahora lo conozco
de verdad”.
(5) El problema de conducta. Me gustaría
detenerme y comentar sobre la casuística y la diversidad de motivos que han
llegado a la asesoría buscando una solución o un consejo. Son muchas las
situaciones que pueden alterar el comportamiento natural de un gato y que
hacen que vivir con él sea complicado e incluso, en casos extremos, llegue a
ser insostenible. Citaré algunos ejemplos de mis intervenciones. Gatos que se
pelean o se agreden constantemente (no se toleran y se genera mala convivencia).
Gatos con mucho miedo (siempre escondidos, expectantes, alertas a todo). Gatos muy
desconfiados y recelosos del contacto (difícil acercarse a ellos sin resultar
dañado). Socialización de gatitos (hacer bien las cosas desde el minuto
uno de su nacimiento asegura un adulto equilibrado y disminuye los problemas en
el futuro). Adaptación a casa (ayudarle en la llegada a su nuevo hogar
gestionando bien sus recursos e interacción). Presentación entre gatos desconocidos
(nunca debería faltar este protocolo de introducción porque asegura el
éxito de su convivencia en el futuro). Tuve la oportunidad de participar en la
presentación entre gatitos ciegos. Un gran reto y toda una experiencia. Más
intervenciones: pautas para afrontar una mudanza (evitar al máximo el estrés al
gato nos puede liberar de problemas posteriores). La llegada de un bebé a casa
(hay mucho desconocimiento al respecto y se hacen mal muchas cosas). Convivencia
entre gato y perro (no siempre es viable esta combinación, el carácter
particular de ambos animales es determinante en la aceptación mutua). Convivir
con un gato por primera vez (especial para familias gatunas primerizas que
quieren empezar con buen pie una larga amistad). Mejorar la relación gato-tutora
(aprender su lenguaje y comunicación abre grandes posibilidades de lograr un
vínculo afectivo sano y duradero). Gatos que marcan por la casa, ya sea con
orina y/o con heces (son diversos los motivos que lo generan y la solución pasa
por identificarlos correctamente antes de empezar a hacer cambios al azar-acude
a una especialista-). Gatos que repentinamente agreden a su compañero o a su
tutora (no pienses que tu gato se ha vuelto loco, siempre hay una causa que lo
genera, lo importante es detectarla y trabajarlo con una especialista). Y
podría seguir enumerando unos cuantos más. Pero es el momento de agradecer a
todas las familias que han acudido a mí, a la asesoría Gatos a pares,
por su confianza, su sinceridad y por abrirme las puertas de su casa. También
por su implicación ya que, gran parte del éxito en la resolución de un caso depende
de su empeño y constancia. He aprendido mucho de todas y cada una de ellas.
Aprovecho para decirte que si has
visto reflejado (en alguno de estos ejemplos) lo que pasa en tu casa, te
recomiendo que acudas, sin pensártelo más, a una especialista de la conducta.
La necesitas para revertir la situación. Porque,
los problemas de tu gato
son tus problemas y tienen solución
y cuanto antes empieces antes acabarás
y mejor. Si no sabes a quien acudir puedes empezar preguntando a tu veterinaria
de confianza. La salud física y la emocional van de la mano y es fundamental un
trabajo en equipo entre ambos profesionales. Puede facilitarte el contacto de una especialista.
No puede faltar en esta
enumeración del balance de estos tres primeros años de Gatos a pares, una
mención especial a mis queridos gatitos, los que cuido como catsitter
(cuando sus familias están ausentes) que me dan buena dosis de adrenalina y
amor gatuno en mis visitas de cuidado y atención personalizado.
A poco de comenzar, me adentré (gracias
al sabio consejo de una clienta) en el para mí desconocido mundo de Instagram. Después
de tres años de comunicación virtual he conseguido compartir (a estas alturas) de
forma natural y espontánea (con mis ahora alcanzados ya más de 535 seguidores) aquellas
experiencias que considero interesantes, relevantes o que pueden aportar
información útil o curiosa a las amantes de los gatos.
Paralelamente a las asesorías (que las hay de tres tipos) he podido organizar y/o participar en algunas charlas informales y
gratuitas y también en ferias animalistas donde se busca concienciar a las
personas sobre el respeto y el cuidado de los animales de compañía, la adopción
responsable y luchar contra el abandono. Otra actividad muy interesante es la colaboración
puntual con entidades animalistas para acercar a la gente el contacto directo
con los gatos, enseñar su cara más amable y necesitada de atenciones y valorar
la posibilidad de adoptar o no (encontrarás más información de todos mis servicios y actividades en mi perfil).
Uno de mis principales objetivos
es difundir conocimiento para mejorar el entorno y la convivencia con el
gato (su bienestar) para que el vínculo afectivo y la relación sea mucho más
sana, respetuosa y feliz. Por eso he vivido con gran ilusión y emoción mi paso
por la radio (programa semanal de temática animalista) y mi aportación escrita
en varias publicaciones locales, con la finalidad de divulgar y facilitar contenido
útil y ameno sobre la desconocida ciencia de la etología.
El mensaje final
es que todos los problemas de convivencia con un gato se pueden solucionar y, si
se hace a tiempo y con el procedimiento adecuado (hay que acudir a una
profesional acreditada de la conducta animal), la recuperación es factible.
Estoy muy contenta y satisfecha de
todos mis logros y muy agradecida a todas las tutoras que han confiado en mí
para resolver sus problemas. También a todos los que, desde el otro lado, me
siguen en redes y me tienen en cuenta cuando les pueda hacer falta.
La novedad que trae esta etapa que
se inicia (algunos ya sabéis) es que próximamente ampliaré mis ocupaciones.
Como he podido comprobar personalmente, aunque siempre hay clientes, esta
actividad por ella sola no es suficiente para mantener el proyecto inicial (dicho
más claro, no da para vivir). El desconocimiento de la existencia de este
servicio en el usuario final no ayuda nada. Así que, como solución a lo
imprevisto, nuevamente he reconducido el rumbo y cogiendo un camino paralelo (para
no renunciar a mis objetivos y si cabe acercarme más a mis queridos y adorados
pacientes gatunos), en breve podré ejercer también como Auxiliar Técnica
Veterinaria. Mi deseo es poder ayudar más directamente y con más facilidad en las asesorías
a las familias gatunas que puedan necesitarlo.
He
constatado (en estos tres años) que el no saber que los problemas de conducta de los gatos se pueden solucionar hace que
muchas familias sufran en silencio una mala o incómoda convivencia con su gato. Espero de esta forma poner remedio a este límite.
Tengo mucho camino por delante y nuevo
trabajo por realizar. Me gana la ilusión por lograr todo lo que me propongo
desde el primer día que empecé esta loca aventura de la asesoría en conducta
felina.
He aprendido mucho y sé que me
falta mucho más por descubrir y todo se lo he de agradecer a los gatos, en
especial a mis dos gatas, Menta y Mica que son las culpables de
toda esta maravillosa movida.
Mi mayor recompensa es devolver la
felicidad a un gato y en consecuencia a su familia.
Mi éxito es vuestra confianza en
mi trabajo.
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