Cada año que pasa somos más las familias que compartimos nuestra vida con uno o más gatos. Es nuestra responsabilidad y obligación
preocuparnos por garantizar su seguridad tanto física (salud) como emocional (entorno y relación afectiva) y en consecuencia la comportamental. Conocer la naturaleza del gato como especie – animal cazador, territorial y solitario – es esencial para adaptar su entorno y acciones adecuadamente.
Las siguientes recomendaciones
prácticas y fundamentadas en el conocimiento pueden serte de utilidad para
conseguirlo.
1-La
seguridad individual
La seguridad física de un gato
comienza por proporcionarle una dieta equilibrada y específica para su etapa
de vida (edad, peso, estado de salud). Los alimentos comerciales de alta
calidad o una dieta casera supervisada por un veterinario especializado son
indispensables.
La hidratación adecuada también es clave; el uso de bebederos en forma de fuentes puede estimular a los gatos a beber más agua, previniendo problemas renales en el futuro.
Los controles veterinarios regulares son cruciales para mantener un programa de vacunación actualizado y la prevención de enfermedades. La desparasitación interna y externa también es necesaria para evitar infecciones que pueden afectar su bienestar.
La higiene es otro factor
fundamental. Los gatos son animales extremadamente limpios. Por ello, es de vital
importancia que cuenten con un arenero ubicado en un lugar tranquilo, que se
mantenga limpio a diario y alejado de su área de alimentación. Una mala gestión
puede causar estrés y es uno de los principales motivos que pueden generar
problemas de comportamiento. Igualmente es importante el mantenimiento del pelaje
mediante cepillados regulares, según el tipo de pelo, para prevenir problemas
dermatológicos y reducir la ingesta de pelo. Y también el control de sus uñas
y dientes, contribuye al cuidado de su salud general.
2-La seguridad en el entorno
El entorno donde vive el gato debe
estar diseñado para estimularlo y al mismo tiempo para proporcionarle seguridad
emocional. Su instinto natural de territorialidad y de exploración
se pueden gestionar proporcionándole rascadores, plataformas en diferentes alturas
y juguetes interactivos que le fomentarán la actividad física y al mismo tiempo
el control de su entorno que conlleva a un estado de tranquilidad. Los
escondites o refugios no deben faltar ya que le ofrecen un lugar seguro
donde retirarse en momentos de estrés o de descanso.
3-Substancias y otros elementos
de riesgo en casa
Para mantener un entorno seguro libre
de peligros no hemos de olvidar otros elementos presentes en nuestros
hogares relevantes en este punto.
Algunos de los riesgos
potenciales más habituales pueden ser: cables eléctricos expuestos, acceso
a electrodomésticos como lavadoras, secadoras, plancha y puertas o ventanas que
puedan cerrarse de manera inesperada.
La sencilla acción de evitar o eliminar
de su alcance objetos que puedan romperse, punzantes o pequeños que pueda
ingerir accidentalmente, mantener el hogar libre de productos tóxicos de
limpieza, detergentes, insecticidas o pesticidas, medicamentos humanos y ciertas
plantas (lirios, amapolas, hortensia, tulipán, flor de pascua,
eucalipto, laurel, entre otras) que pueden resultar letales si son ingeridos o
entran en contacto con el animal, contribuyen en gran medida en el
mantenimiento de su seguridad física.
4-La relación con el exterior
En cuanto a los accesos al exterior deben evaluarse cuidadosamente y contemplar una buena supervisión. Los gatos que salen sin limitaciones al exterior están expuestos a peligros como accidentes de tráfico, peleas con otros animales, enfermedades contagiosas y contacto con sustancias tóxicas. Si se le permite el acceso, lo recomendable es que éste sea un espacio seguro, como un patio cerrado o un "catio" (patio para gatos), que combine libertad con seguridad. Si el acceso es a un jardín éste debe estar cercado y libre de elementos o herramientas propias que puedan perjudicar su integridad física.
Paralelamente y también
fundamental deberemos preocuparnos de proteger puertas, ventanas y balcones con
redes, mallas o estructuras adecuadas para evitar caídas accidentales o
posibles fugas.
5-La seguridad en los
desplazamientos
El traslado de un gato ya
sea para visitas al veterinario, durante una mudanza, o en viajes debe
realizarse respetando su gran sensibilidad a los cambios de entorno.
Utilizar un trasportín adecuado es indispensable. Éste debe ser cómodo,
ventilado y seguro. Antes de usarlo en el desplazamiento, es útil familiarizar previamente
al gato y colocar una manta con su olor en el interior para reducir el estrés. Si
el traslado es a pie, debemos evitar al máximo los vaivenes o zarandeo
(suspendido en los brazos es una buena opción). Durante el viaje en vehículo,
el trasportín debe estar bien sujeto para evitar movimientos bruscos o caídas
accidentales; mantenerlo tapado con un trapo para aislarlo de los estímulos
externos ayuda a prevenir momentos de confusión y miedo.
En resumen, garantizar la seguridad
a un gato doméstico pasa por considerar su naturaleza y necesidades como
especie (cazador, territorial y solitario) ofreciéndole rutinas estables,
evitar cambios bruscos y permitirle la posibilidad de expresar sus comportamientos
instintivos (las conductas propias). Mediante la atención a su salud, un
entorno libre de peligros, acceso controlado al exterior y cuidados adecuados
durante traslados, es posible mantener un hogar seguro y enriquecedor
que cumpla con los niveles de bienestar y calidad de vida recomendados.
Siempre al servicio de los gatos.
Si tienes cualquier duda o inquietud
puedes contactarme como te resulte más fácil (teléfono, correo electrónico,
Instagram,…).
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