8 errores evitables en la adopción del segundo gato

Muchos tutores deciden adoptar un segundo gato para darle al primero un compañero de juegos, aventuras y descanso. Aunque la idea es muy buena (Gatos a pares defiende las ventajas de tener dos) se acostumbran a cometer ciertos (errores muy frecuentes) que, con un asesoramiento previo, se podrían evitar.

Muy a menudo los tutores me contactan cuando hace días que intentan un acercamiento entre los gatos. Ven que su gato no acaba de aceptar al recién llegado. Me explican que han hecho todas las indicaciones que salen en internet o que les ha explicado alguien que lo había hecho en su día y que le fue muy bien. En su caso, dicen, lo han intentado todo, pero están preocupados; su gato parece que empieza a comportarse diferente: está más apático o ha dejado de comer, o no juega como antes… o por el contrario lo ven intranquilo o más pendiente de todo o ha bufado (no lo había hecho nunca) o incluso, aunque sea un santo, se las ha tenido con el otro. Pero, en ocasiones, pasa al revés, es el recién llegado el que se encara o desplaza al residente. Sea como sea, la familia deja pasar los días pensando en una adaptación entre ellos. Lejos de mejorar, la situación se complica. Las cosas no van como esperaban y ya no saben qué hacer.

No todos los gatos han de tener necesariamente un compañero

Les comento que en estos casos hay que poner el reloj a cero y empezar como si el invitado hubiera acabado de entrar por la puerta, es decir, empezar un proceso de introducción desde el principio y bien gestionado para que los animales acaben aceptándose. Hay que decir que, alguna vez, aun haciendo las cosas bien hechas (es decir, como mandan los tratados de etología) no se acaba de conseguir el resultado deseado y parece que el método falla.

¿Por qué pasa esto? pues porque muy probablemente han pasado por alto alguno de estos puntos (errores más habituales):

1.       Pensar que todos los gatos necesitan un compañero (tal vez somos nosotros que queremos tener dos gatos)

2.       Pensar que los gatos se van a entender bien “así sin más” (siempre es necesaria una introducción bien gestionada del recién llegado para evitar empezar con mal pie)

3.       Escoger un gato sin conocerlo directamente (están totalmente desaconsejadas las adopciones a distancia; hemos de gustarle al gato)

4.       Escoger un gato no compatible con el residente (hay que valorar la edad, el carácter, las necesidades especiales, etc.)

5.       Desconocer el grado de socialización, las experiencias previas y la capacidad de aprendizaje de los dos gatos implicados (hacer una introducción adaptada a cada caso en concreto porque no hay dos gatos iguales)

6.       No seguir un proceso de introducción correcto y bien gestionado (por las redes sociales corren muchas indicaciones totalmente desaconsejadas; infórmate bien)

7.       No valorar si estamos preparados para gestionar correctamente el proceso de introducción (adecuación del espacio, del tiempo y la disponibilidad horaria requeridas; es necesaria la implicación de toda la familia)

8.       No valorar si estamos preparados emocionalmente si las cosas no salen como esperábamos

Todos estos puntos se han de analizar detenidamente antes de tomar ninguna decisión. ¿Cómo conseguirlo? pues contactando con una profesional de la etología felina que nos asesore sobre estas cuestiones.

En resumen, habría que preguntarse:

• ·         ¿Por qué queremos un segundo gato?
• ·         ¿Conozco bien a mi gato, su carácter y sus gustos?
• ·         ¿Cómo tiene que ser el nuevo compañero para que ellos se entiendan?
• ·         ¿Dónde puedo conseguir un gato compatible con el mío y conocerlo antes?
• ·         ¿Sé hacer correctamente una introducción entre gatos desconocidos?
• ·         ¿Podremos cumplir con los requisitos que hacen falta para llevarlo a término?

 

Seguramente de haberse planteado estos puntos antes, las familias se habrían ahorrado un disgusto y también hubieran ahorrado mucho estrés a los gatos en cuestión.

Así, a la hora de decidirse a aumentar la familia gatuna, hay que revisar dos aspectos muy importantes: 

1. La elección correcta del gato
2. Las condiciones imprescindibles del proceso de introducción entre ellos

 

Aunque algunas veces se puede ahorrar o reducir bastante el protocolo de adaptación, es totalmente recomendable hacerlo siempre en todos los casos. 

Ciertamente si nos arriesgamos y no lo hacemos se puede llegar a complicar mucho el intento de convivencia. Y también es cierto que si hacemos bien las cosas desde el principio (sin esperar a que se tuercen) todo resulta más fácil y ligero. El proceso se podría acortar según reaccionen los gatos.

 

Por tanto,

1º) infórmate (en fuentes de información fiables y rigurosas)

2º) pide consejo siempre y asesoramiento personalizado de una profesional de la etología (no todo el mundo sabe de todo)

3º) actúa con anticipación ya que la prevención en etología es clave para evitar situaciones desagradables. Todos saldréis ganando. 

Dispongo de asesorías indicadas para estos casos (elección del gato, introducción de gatos desconocidos, etc.)

Siempre al servicio de los gatos: soy especialista en conducta y bienestar y puedo ayudarte a entender mejor a tu gato (su lenguaje y cómo se comunica). Si tienes alguna duda o inquietud puedes contactarme como te resulte más fácil (por teléfono, correo electrónico, por Instagram). Gracias por tu confianza.