Maullidos y ladridos

Al igual que los perros (y en general en los mamíferos) los gatos normalmente son animales de “pocas palabras”. Es decir, en su medio natural 

los mamíferos acostumbran a hablar lo mínimo imprescindible (estrategia de supervivencia).

Sólo se comunican con maullidos / ladridos cuando la situación lo requiere: 

• relación de la madre con sus crías 
• relación entre dos o más individuos cuando juegan o simulan peleas 
• advertencia entre adultos para ahuyentar al enemigo (evitar enfrentamientos)
• reclamo de atención por peligro a miedo extremo
• y pocas situaciones más

Sabiendo esto, podemos deducir que, en su día a día, no es muy “normal” (aunque se piense lo contrario) que nuestro perro o gato pase largos ratos ladrando o maullando. 

No caigamos en el error de pensar que "es un pesado o un caprichoso que sólo hace que molestarnos con sus gritos por celos o por protagonismo"

Y a este error de concepto, no le sumemos otro de muy habitual que es aislar al animal en una habitación o sacarlo al balcón con la intención de que se calme y deje de ladrar. (El "ricón de pensar" no funciona para los animales). Muy lejos de conseguirlo, no sólo no lograremos que se calme, si no que la situación se alargará más en el tiempo y la ansiedad crecerá en el animal. 

• Existen dos conductas o expresiones bien diferenciadas:

(1) Lo puede hacer (vocalizar) de forma “agradable” para él cuando, por ejemplo:

• se alegra porque lo sacamos de paseo
• nos reclama la comida
• jugamos con él
• regresamos a casa después del trabajo, etc.

Ladrará o maullará brevemente según estos contextos y siempre observaremos una conducta positiva, de confianza, activa, ... 

(2) Lo puede hacer (vocalizar) de forma “desagradable” (para él) cuando estos ladridos o maullidos se alargan en el tiempo, surgen en cualquier momento o tras una acción concreta que siempre es la misma.

Podrás observar que expresa intranquilidad, nerviosismo, inseguridad o desconfianza. Deberás sospechar que algo le pasa a tu amigo.

Pueden ser motivos de origen fisiológico (salud) o de origen comportamental (estrés o angustia por el contexto). Se recomienda acudir al veterinario o consultar a un especialista del comportamiento.

**No dejes que tu perro (gato) ladre y ladre sin parar o con más frecuencia de la que sería lógica como especie. Es nuestra responsabilidad detectar el motivo de esta conducta y evitarla o corregirla sin perjudicar el estado de nuestro animal.

Ni que decir tiene de los casos en que el animal se pase muchas horas sólo en la vivienda o cuando no tiene acceso libre a todos los espacios. Habrá que buscar y encontrar una solución satisfactoria para todos.

Estas situaciones les genera mucho estrés y ansiedad y pueden derivarse problemas de salud o acrecentar los que ya tiene. 

También les afecta su estado emocional y la calidad de vida. 

INFÓRMATE Y ACTÚA

Si tienes dudas sobre los maullidos de tu gato o quieres consejos para mejorar el entorno y la situación de solitud de tu gato (muchas horas solo) puedes consultarme sobre las asesorías de mejora del entorno y de la relación e interacción para poder abordar de forma particular e individualizada los problemas concretos de cada gato. Encontrarás toda la información en la página de los servicios que presto.